El pasado martes visité el Real Monasterio de la Encarnación, experiencia que me gustaría compartir en el blog.
Cuando en Madrid se habla de un Real Monasterio, en seguida se nos va la cabeza al de las Descalzas Reales; pero Madrid cuenta con otro, el de La Encarnación, que igualmente pertenece a Patrimonio Nacional.
Se encuentra muy cerca de la Plaza de Isabel II y del Palacio Real, concretamente en la Plaza de la Encarnación,1.
La visita guiada comienza a las 16:30 y dura aproximadamente 1h y 30 min. Los grupos son de un máximo de 20 personas, pero el día que yo fui, un martes, el grupo era de unos 10. Nuestro guía nos explicó todo con bastante claridad y al finalizar cada sala nos dejaba tiempo para acabar de verla y hacer las preguntas que nos surgieran.
La visita comienza en tres salas dedicadas a exposición, que no forman parte de la vida del monasterio, sino que en ellas se encuentran numerosas pinturas y esculturas y las monjas se encargan únicamente de su limpieza. Debido a que fue fundado por la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III, encontramos muchas obras de ellos mismos, de su padre y sus hijos. Muchas damas de la alta nobleza habitaron en el convento, destinando aún más fondos y obras al mismo. sin embargo, la mayoría de estas obras son anónimas, de autores de segunda o de la escuela o taller de grandes artistas. En muchos monasterios este es el tipo de obra que encontramos, ya que había pocos fondos, se necesitaban muchas obras y que fueran realizadas en cortos periodos de tiempo. La obra que más destaca es una pintura de Juan de Ribera de San Juan Bautista.
La parte de clausura, el monasterio propiamente dicho, acoge a 14 hermanas agustinas. De ella, se ve la entrada, el claustro, el coro, la sala de relicarios y las sacristías. La visita finaliza en la iglesia.
El claustro tiene dos únicas entradas, por una de ellas accedemos al coro. Una reja de hierro lo separa del altar, desde donde las monjas pueden oír misa. El horario de misas cantadas es a diario a las 19:30 y los domingos a las 10:30.
La sala de relicarios es sin duda alguna la parte que más llamará nuestra atención. Es una pequeña sala situada tras el altar mayor de la iglesia y que alberga más de 700 reliquias. La más conocida es el San Pantaleón, un pequeño recipiente que contiene sangre de forma sólida. Dicha sangre, cada 27 de julio se licua, volviéndose líquida, sin que hasta la fecha se haya encontrado explicación alguna a tal hecho. La reliquia ha sido trasportada para su estudio a otros lugares, aislada en una urna, y seguía produciéndose la licuefacción. El dia 27 hay misas multitudinarias en la iglesia, en las que se venera y se admira el prodigio. Así que si en alguna ocasión nos encontramos en Madrid en dicha fecha y tenemos tiempo, merece la pena acercarse.
La visita finaliza en la iglesia, bastante espectacular, con un retablo mayor de Ventura Rodríguez realizado en mármol macizo y en el centro la Anunciación de Vicente Carducho.
Para consultar horarios, tarifas o trasportes podemos visitas la página web de Patrimonio: Real Monasterio de la Encarnación
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